Tengo en el corazón
un verbo contestatario;
una acción resonando un grito
una fe ciega en la palabra.
Vengo de la periferia del alfabeto
donde los sonidos se nutren de noche
y en el día se mastica
el pan silencioso de la rutina.
Llevo una razón sinrazón;
un mitin de sensibilidades locas,
una frase que en la multitud arde.
Mi verbo en el papel gotea sangre.
Allí reniega de la santa frase
redimiendo lo eterno de todos los seres.