Con ansias repletas de ardor
besando su regio perfil,
gocé su candor juvenil
henchido de hermoso fervor.
Envuelto en la luz del amor
palpaba su cuerpo febril;
rozando su piel tan sutil
que ardía de inmenso calor.
Deseo ferviente y vivaz
sentía en su vientre nacer
con esa lujuria voraz
que hacía mis venas arder;
haciendo de anhelos un haz
prendidos de loco placer.
Autor: Aníbal Rodríguez