ABRÁZAME fuerte, muy FUERTE, contra tu PECHO:
Para no continuar mirando al cielo en silencio o sentarme una vez más, frente al teclado, como hago cada día al despertar con una ilusión naciente en los dedos, intentando plasmar letras del alma, con mucho sentimiento, que desgarran el corazón en soledad, al nunca saber si las leerás en alguna oportunidad, sinceramente con la misma intensión con que fueron escritas desde la distancia, por este exilio de desamor aprendido, pero jamás, con olvido...,
Para escapar de este vacío, en el cual me abandonaste a la mejor de las suertes, sin dejarme ninguna orientación por amor, o será que dentro de tu corazón inconmovible, no existe paz por misericordia para un condenado, que quiere vivir, riendo, al poder volver a tomar tus manos, para llevarlas hasta mi pecho y mirando tus hermosos ojos glaucos, poder besar tus labios de rosa, como antes los besaba, sin correr ningún riesgo...,
Para liberar mis alas atadas por tu altivez demostrada y poder remontar esta amarga tristeza, que está ahogando lentamente con dolor de llanto de estío, mis sueños más anhelados, al verte tan indiferente dándome la espalda, por no notar mi querida presencia, cuando hoy en verdad, aunque no me creas, agonizo a tus pies por necesitar más que nunca, la mirada ausente de la mujer amada, para que me rescate de este abismo negro en el cual me encuentro, igual que ese niño en su cuna, que abriendo sus brazos en tinieblas, llora desconsolado, pidiendo por cariño, ven a mí, sin pensarlo dos veces y abrázame fuerte, muy fuerte, contra tu pecho.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 14052010 10:30 AM.