La soledad que tu mano me deja
cuando el camino se mira confuso,
me desconcierta y me deja perpleja
la decepción de sentirte un intruso.
La voluntad se reviste en la queja
y me resisto a perderme; recluso
mi corazón se quebranta y corteja
a la verdad mientras queda sin uso.
Y, sin embargo, te veo de lejos
ensimismado, a veces distante,
indiferente, y hasta sombrío.
En la distancia contemplo el espejo
pues nada muestra y empaña el diamante
que ya no brilla ni luce. Sonrío.
Crystal CG.