La plata sangra y aquí los \'poetas\' callaron. Rebaños a merced de un amo.
Pensaron que el olimpo era su montura, que el monólogo era sobre si mismos,
y hoy, arde la rama donde se creyeron a salvo.
\'Poetas\' que callan y ocultan ante la barbarie e incertidumbre,
que se regocijan entre la fanfarria y la verborrea, entre el vino tinto y la alta alcurnia,
que construyen cámaras de eco para que resuenen sus tronos menos reales:
Sepan que el infinito guarda la memoria de sus andenes; que es inmune a su formol, que sus mantras no son más que sombras de su achicada voz, y que su imagen:
Viento que no dispersa a ninguna nube