Yo quiero salir a caminar por las estrellas
y recorrer en los escondrijos de luz
alguna huella de los ángeles
en heroico combate con el olvido.
Yo quiero saltar en una cuerda de cristales
junto a las estatuas de mi ciudad perdida.
Esto me parece un sueño distraído
ya que cuando fui escindido de mi árbol
los recuerdos se me hicieron sombras rodantes
en una alterada selva neurológica.
¡Yo quiero recoger diamantes en el filo de las olas,
y ponerlos a las entradas de cada cementerio!
Mis \"yo quiero\" tienen hambre de infinito
y se diluyen en abismos invisibles,
donde mis pensamientos exploran de vez en cuando
como si fueran diminutos glaciares de néctar
en el planeta de las flores.
He soñado que cabalgo en los anillos de Saturno
mientras unos ácaros alienígenas hurguetean mi cerebro.
Entonces descubro al camello de Nietzsche que me dice:
\"Los eones te esperan con una fiesta
en el ciclo de las aguas celestiales\".
¡Ay, cómo responder sin soltar una lágrima!
Yo quiero, yo debo y yo puedo
¿Y si puedo, también debería querer?
Más si no puedo dejar de escribir este tipo de cosas,
más me vale tener extremo cuidado
porque ahora voy saltando en cuerdas de cristales
y puedo tropezar en los escondrijos de la luz.
E.D.A