Lo que ayer era un reto
es tan solo un ¡no puedo!
lo que ayer era un sueño
hoy es un despertar
en un lecho vacío
con olor a resaca,
una gélida alcoba,
un podrido jergón
frio como la escarcha
de una noche sin luna,
unas sabanas sucias
de excrementos de amor,
unas lágrimas secas
tatuando la almohada,
una estancia sombría
como un gris panteón.
Desde que te marchaste
se acabaron los sueños,
desde que me dejaste,
ya no hay lumbre en mi hogar,
los postigos cerrados
Crujen como lamentos
los cristales… mugrientos,
el jardín, un erial,
bebo, fumo, me arrastro
por oscuras callejas
persiguiendo las sombras
que cobijan mi ayer
pero acabo esnifando
dolorosos recuerdos
en los antros sombríos
donde te conocí,
donde jugué mis bazas
y aposté mi destino
a las cartas pringosas
de tu sucio tapiz.
Y regreso borracho
apestando a miseria,
me sumerjo en el catre
bajo un sucio edredón,
ya no espero un mañana
solo quiero apagarme
recordando aquel tiempo
en que tuve tu amor
en que por un instante
te creí, te hice mía,
recobré la alegría
y volví a ver el sol.