Matias 01

Todo volaba…

Delgada como cisne,

ligera como el aire que vuela

en las ilusiones de la aurora;

Salías a recibirme 

en la puerta de tu alma, con esa luz

de primavera.

 

¿Sabiendo que soy triste, porque me quisiste

tanto?

Sabiéndome espíritu gris

enroscado a su silencio,

como el aire que se desliza

por las estériles dunas del ocaso.

¿Por qué me acostumbraste a la luz

desnuda de tus ojos?

 

Nunca supe en que momento

me cambiaste el desahuciado cielo,

ni como mudó mi llanto

a rio de agua cristalina

en que mojabas tus pies pequeños

y desnudos;

¡Me desnudaba tanto en tu sonrisa,

que hacías llorar a mi tristeza!

 

¡Oh amor, todo volaba, entonces!

Y no pude detenerte.

 

A veces quisiera hundirme en el agujero

de mi pecho

y recoger del fondo,

tus ojos que sobreviven aun

como dos estrellas amorosas

para mi honda soledad.