Todo está decidido a partir que tú respires
en este limbo secreto de ilusión ya desbordada,
frente a estos límites ante los que se siente tan sola un alma;
ya la sombra se abalanza sobre la tímida forma
y no hay rescate ya posible, ni escapatoria...
Busco en mi tazón un sueño que transporta,
una invitación a fluir por lo más recóndito
de este valle acariciado por las brisas,
y eso es poco puesto a pedirle aquí al altísimo,
que me libre puesto que sí, que soy yo quien me hace trizas
facilitando así que la naturaleza me asimile:
yo un desperdicio de otros días idos,
ya mismo un círculo que te encierra y aísla
sin oír los ruidos que vienen de tu mente aún invicta.
Así en un descuido te encuentres conmigo
y sea distinto a como ambos pensábamos;
el contacto fortuito: divina flor en tus labios
que aún recitan ensimismadamente los mismos versos
que te plantaron delante de mi puerta
una noche como esta de abril sumergida
en tu mirada translúcida como un aura rutilante.