Vida que abre el caminar
caminos que te encontraron.
Cargaste con tu ilusión
al cruzar el muelle manso.
Tintes de la tierra infante,
la marea y el embarco,
la distancia de las penas,
y el penar que consustancio
en los tiempos del amor
natural es este cuadro,
anatemas de por vida
penar y amar a destajo.
Y prosiguen siendo tramos
el fetiche de entregarse,
en misterios enredarnos,
el agua de la memoria,
el beso que siempre amaso
cuando soñando despierto
por caminos de la mano,
marcada la hora abisal
la pasión se me contrajo.
La vida abre el caminar,
la desnudo caminando.
Quito velos del sentir,
consecuente es desnudarnos.
Contemplar la desnudez
que no habrá de ser en vano,
al contrario, ¡el frenesí,
el licor con que me embriago
nos enciende ojos del alma
mientras eclipsa los faros!