Lo sé, siempre lo supe
porque mis párpados nacieron anoche boca abajo
en una sonrisa ancha de colores
dispuesta siempre a recibirte con las alas abiertas como un pájaro bobo en Ushuaia
y a escuchar a los demás cada graznido de sus picos sobre un blando cristal sin posesivos ni pronombres personales.
Y entonces llegaste tú, grafía extraña de aquel rincón de un barrio sin esquinas, y me rozaste tenuemente con ese húmedo poema que brotaba furioso de tus bragas azuladas hasta al fin romper en dos mitades la invisible frontera entre el deseo y el amor que mis pantalones tenían como campo de batalla de algodón desmadejado en ese instante
y así, entre crujiente y sudorosa, te absorbía poco a poco
al tiempo que sonaban ácidas las notas finales de un punteo
tan imposible como tú, como tu nombre
...creo que era de los Maiden, pero no me hagas tampoco mucho caso en esto; lo cierto es que siempre me pierdo en mil historias cuando acecho insomne a las voraces luciérnagas o a las mariposas violetas de noviembre que me surgen por debajo de las uñas...
A lo que iba, o venía, era a decirte que jamás debí probarte
pues ahora sin tí no queda nada, ni tiempo en el reloj de esta estación por la que vamos
directos a la mierda, y bien lo digo, que maldigo aquel tren que todo embiste
como pronto se pierde en otro sueño sordo
que se descuelga perpendicular de la oreja imaginaria
de un payaso que mira marcha atrás mientras la envuelve
como regalo del silencio y de la escucha
entre confetis de carne luminosa
bajo una impalpable lluvia de materia entrelazada
que me recuerda cada noche cada fibra de ti...
Lo sé, siempre lo supe.
Pues hoy, o mucho cambia el argumento
o tampoco llegaremos,
y tampoco tú serás ese será o aquel ha sido, que en alguna otra ocasión irrepetible se hizo acaso un imposible y fugaz en lo posible de este tiempo hecho pedazos,
y tampoco podrá ser un cumpleaños como aquel lo que me espera,
quizás algún verano sí lo sea,
a medida que todo lo demás en la hojarasca se pierde calle arriba
...míralas caer, pobres, ellas, secas ya, todas muertas, con las venas abiertas a disparos
y los dientes amarillos de tabaco y ron añejo...
Y, créeme, pues así me creaste: a tu credo y creación.
A pesar de saberlo, así lo hice.
Y sé que nos hicimos tantas veces
que quedamos desechos el uno para el otro para siempre
y nunca jamás echar la cuenta de nuevo
de las veces que te amé o que me amaste y nos hicimos sin hacernos más de lo que deberíamos
pues eso sí que no lo sé, amor,
eso se lo dejo todo a los contables
pues ellos sí que saben, yo... ya sabes, soy de letras,
como tú y tan solo tú lo sabes...
¿Sabes?