Rotación de los brillos por andadas.
impertinencias de un fulgor dañino
que instruye su bosquejo ruin, mezquino,
de triste luz, y oscuras emboscadas.
El asfalto remonta sus pisadas
por el acantilado del camino.
Y la calle atribuye su destino,
dotado de cenizas estropeadas.
La calle lustra con pasión, momentos
de dura realidad, esa distancia
que reside en dolores, sentimientos.
Y es la calle, alfarera de armonía,
Matraque de violencia en la sustancia
la luz total, un canto a la elegia.