Quiero dedicar este poema a todos los poetas que me leen y comentan generosamente
mis letras, sin que pueda retribuir tantas atenciones. Dificultades para leer sus obras me
lo impiden. Perdón y gracias!
Mis ojos creo que son pardos
y según me dicen, más de cerca
se mezclan con lo verde.
Pero no te animes a pasar
la negritud de la pupila…
que en el fondo está la mancha.
Y es en ella, en esa mácula,
donde anidan mis sombras
que aun son tenues, pero acechan
a la luz que es su enemiga.
Son los años que plantaron allí,
como estandarte, su impronta indeleble
y, ya sin cura, sólo queda sitiarla
y enfrentar su avance hasta que llegue
la otra claridad.
De mi libro “De esas letras pendientes”. 2018 ISBN 978-987-763-836-3