Al papel se me aboca un sentimiento remoto
ya tarde cuando me imagino derrota
sin más para hacer otra en el cofre
diciéndome está pronta tu hora,
no seas tonto y reponte de sobra
no vaya a ser que algún día te cojan con droga
o empeores, y no me des las gracias
por ser tu madre y escucharte siempre.
Te es que extraño en mi fosa
lejos de la luz envidiosa
que en todos los recovecos se hace eco de Dios,
el insomne creador que infunde respeto a los hombres
nerviosos ante su sola extinción
más recóndito el oro que en su corazón hay oculto
por si asoma el ladrón
del fruto de tus esfuerzos,
el mutuo.