El amor que te ofrecía
fueron grandes toneladas
mas tus gracias anheladas
en gramos las recibía.
Si la pasión te nacía
era en dosis ajustadas,
y el amor que te ofrecía
fueron grandes toneladas.
El deseo me invadía
con fastuosas llamaradas;
mas cual velas apagadas,
tu corazón no vertía
el amor que te ofrecía.
Autor: Aníbal Rodríguez.