¡Ay! ¡¿quién aguanta la canícula?!
¡¿y para colmo la sequía?!,
esto me causa hasta febrícula,
¡válgame Dios quien lo diría!.
Hace ya tiempo que no llueve
y el agua empieza a escasear,
recurso que hay que escatimar
pues queda para un tiempo breve.
El Hombre usa y también abusa
creyendo no se va a agotar,
pero hoy él ya no tiene excusa,
el daño no podrá evitar.
Sólo un milagro lograría
que este planeta resistiera,
¡¿Acaso alguien conseguiría
que su equilibrio repusiera?!
Es la punta de la madeja
¿cuánto más irá a suceder?,
no sé si servirá mi queja,
pero alguien debe proceder.
Tal vez sean extraterrestres
que se apiaden como de un niño,
o quizá tú Señor nos muestres
la solución con tu cariño.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay