Las noches invernales, son muy frías, gélidas, templadas. Se me congelan las uñas y las pestañas, siento heladas las puntas de mis dedos, pero luego llegan tus besos; cálidos, dulces, de fuego. Me cobijan, me aguardan, me dan calor, son mi refugio.
Seguirá el frió golpeándome el pecho, mas no me preocupo porque son míos tus cálidos besos.
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