Hay mujeres que te roban el sueño de una sola noche...
Velo temporal, delirio volátil,
Como volátil es la memoria.
Flama escarlata de un cuarto,
Entrevero de piel y de sexo
En sabanas de terciopelo.
Ellas nos regalan sus aromas,
Una rosa roja sobre la mesa,
Una melodía sutil a la aurora,
Rompen las cadenas de lo prohibido,
Y nos liberan de todo complejo.
Hay mujeres que se erigen cual estrellas fugaces...
Temporales como la existencia.
Bebemos sus mejores vinos,
Nos empalagamos con su néctar,
Saben que tienen que partir
Pero su brillo nunca cesa.
Nos regalan sus nombres;
La tibieza de varias noches;
Sus caricias; la memoria;
Convocan toda certeza
Y al desamor derrotan
¡Y estas tu mi bella dama ¡
Opacas todos los aromas,
Me haces desdeñar del pasado,
Eres melodía intemporal;
amor que exige su presencia.
Murmullo tu nombre cuando te veo
Y la esperanza ocupa tu lugar
Ante la inevitable ausencia.
En las noches solo queda un suspiro
Porque siempre antes de dormir
Ya te has robado mis sueños.