Siento delirio por acercarme, al aroma intenso de tu aliento,
Mis sentidos se confunden en la noche,
Como luz de estrellas infinitas,
Y mis ojos se embriagaron,
De tan sólo ver, tus labios sonriendo.
Me encuentro atrapado entre la cordura de alejarme,
Y la dulce locura de perderme en tu apasionado laberinto,
Sentado te observo y me enamoro de la cadencia de tus cabellos,
Que serán la cadena, de mi dulce y amada condena, siempre en silencio.
Postro ante ti la defensa de mi verdad tan renunciada,
Y es que no resisto verte a tan corta distancia de mi cuerpo,
Y a mil leguas de este corazón tan loco, tan intenso.
Déjame mirarte una vez más,
Y permíteme poder tomar tu piel como muestra de mi cordura,
Porque siento que te imagino en cada espacio,
En cada espacio del infierno de mi sentimiento.
Esta noche me siento tan insano, como el sol herido en medio del desierto,
Y me quedo viendo tus hermosos labios rojos, y tus ojos tan pequeños,
…Y me siento tan pequeño…como lucero angustiado en el firmamento;
Me siento loco y perdido de cordura, por la emoción de tu compañía,
Más en un instante de lucidez aparecida, atrapé el paso fugaz de tu mirada,
Y la abrace en el centro de mi pecho,
Para guardarla como mi libro, e imaginarla como tu aliento, latiendo muy profundo en mi pecho.
Déjame recobrar la distancia,
Entre la locura y mi cordura tan perdida,
Porque amarte así es insano…y menos,
Si eres mi centro y mi frontera, por amarte en silencio.