Romey

Blanca Runa

Amor resplandeciente se vierte en la abertura

nutriendo un cuerpo enjuto, desnudo ser etéreo

como de humo, o solo el flujo, en una burbuja

el mundo, infinito bajo la yuvia de su líquido fuego,

fecundo de sueños mientras subiendo peldaños

reyeno los huecos con ecos de cantos inusitados

que antaño musicaron el momento de nuestro encuentro,

pretexto para establecer el nexo entre extremos

opuestos cuyo contacto creó un escudo contra adversarios

alrededor de nosotros, abierto cielo al abrazo

que acogemos alborozados: es bueno el presagio

cual trueno esporádico, mágico don regalado,

sembrado pronto, al fondo, donde el musgo

abriga la vida esencial que habita en cada alma,

la flor secreta, jamas entregada a modo de tributo,

el viento interno, cinético impulso, libertad alada

realizada gracias a una larga y concienzuda búsqueda

de esperanza en la lectura de la blanca runa