Pero no piensas en el mañana.
Piensas si acaso en el hoy, en el ahora,
en la norma que convierte
el tiempo en mesura de la noche
convocada. Mañana es un mundo
posiblemente inhabitable. Guerras,
matanzas, luces de deflagraciones
que alteran los telediarios. Acaso
sea la noche, la que salva el mundo.
Por eso te alejas de la luz, del día,
y de sus tesoros ininterrumpidos,
y eliges la noche para tu solaz.
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