Kinmaya

La Promesa

Allí estaba, a los pies de su lugar de descanso. Le había jurado amor eterno y venía a cumplir con su promesa.

Él, esperó pacientemente que ella comenzara a soñar. A la primera señal, levanto su piel, y lentamente ingreso a su sueño con gran suavidad, ella, cerró sus labios para que él no pudiera escapar... y corrió la tapa de mármol para siempre.