Me dejaste asustado, perdido y sumido en tristeza, como un barco sin rumbo en medio de la tormenta. Perderte fue sentir una aguja clavada en mi pecho, un dolor intenso que no cesa ni con el tiempo.
Pendiente de tus gestos , tus miradas y de pronto te marchas sin más explicaciones dadas. Miro hacia arriba tratando de ocultar mi dolor, mientras tus recuerdos me invaden y me llenan de pavor.
Entre la tierra y tu piel van mis lágrimas de amor, que riegan la tristeza de mi alma con su dolor.