I
Mujer, no siempre estaré presente,
Por favor, cuídate mucho de la serpiente
Pues es una víbora que miente
Y si te llega a hablar, mentirá nuevamente.
II
La regla que ha sido establecida
En tu vida
Es un recordatorio para que evites ser herida.
III
Por eso mujer, ten mucho cuidado
Al elegir a quien dejas dormir a tu lado;
Puede ser un lobo, como oveja disfrazado
O un ángel de luz malintencionado.
IV
Eres por naturaleza muy recesiva, y vulnerable;
Eres amable;
y tal vez por ello la serpiente vuelva y te hable
V
Se aprovechará de tu sencillez e ingenuidad
Y te dirá que si comes obtendrás la igualdad;
Que entre el hombre y tú hay disparidad
Y que existe injusticia en la Deidad
VI
El árbol parece bueno para comer,
Lo puedes ver;
Pero si comes es mucho lo que vas a perder
VI
Se multiplicarán en gran manera tus dolores;
Sufrirás penas, muchos desamores;
Tendrás traumas y justificados temores
Y los tiempos irán de malos a peores
VI
Tienes una inclinación natural a la empatía,
Afinidad y simpatía
Pero el sentimentalismo nunca es un buen guía.
VII
Cubrir tus necesidades es mi oficio
Y saber que estas bien será mi beneficio;
no quiero que vivas ningún suplicio
y a causa de ti yo haría cualquier sacrifico
VIII
Nunca te aferres a quien te menosprecia,
No sea necia;
Ama a quien se da a ti como Cristo se dio por la Iglesia.
IX
Confía en aquel que te protege sin temores
Y que reconoces sin titubear todos sus errores
Ese que cultiva principios y valores
Y que se gradúa en tu Alma Máter con honores.