¡Se luz y estrella, Rey David!
el lucero que apunta el amanecer
el follaje más frondoso que ha de crecer
y resulta victorioso en la lid.
Se el nuevo y verde racimo de vid
el enemigo no te ha de vencer
y en el fuerte ejército has de ser
el más glorioso y valiente cid.
Se el dulce pastor que el arpa toca
el agua que fluye de la roca
el ángel que lidera el coro.
Se la muralla imponente del palacio
el pilar incrustado de topacio,
se el clarín de la mañana de oro.