gaspar jover polo

DESDE EL CORO DE LA IGLESIA

DESDE EL CORO DE LA IGLESIA

 

Por una escalera muy lateral

y escondida de la vista del público,

se ascendía hasta el espacio del coro,

donde su madre, de joven, había cantado muchas

mañanas las obras principales del ritual

católico. Y desde allí, claro,

todo se veía desde otro punto de vista y todo resultaba distinto,

a la misma altura que los ventanales vidrieras

que lindaban con el techo, y un poco más allá, con el cielo,

a la altura mística de la claraboya

por donde penetraba, abundante,

el bochorno de la luz en todo su apogeo. Aquello suponía

un salto cualitativo destinado,

tan solo, a unos pocos privilegiados,

–y por encima del sacerdote que celebraba la misa,

más arriba y más allá, y más lejos,

y sin ninguna piedra en el camino–.

Mientras, sentados en los bancos de la gran nave

central, el resto de los congregados parecía,

como a vista de dron,

algo mucho más pequeño, pobre y limitado.

 

 

Gaspar Jover Polo