Una tarde cualquiera
de un día sin nombre
iba camino a una cantina
a buscar un trago postrero
caminaba enjuto y ensimismado
con el corazón hecha pedazos
y mi vida que sólo quedaban retazos
cuando la vi parada allí.
¿Su rostro un cuadro de Da Vinci?
¿Su cuerpo una obra de Miguel Ángel?
¿Sus manos una inspiración de Rafael?
¿Su andar una obra de Ravel?
Desde entonces hubo cartas por doquier
poemas que se perdieron en el viento
versos que se desperdigaron en el tiempo
serenatas que nunca se oyeron,
Las noches se escapaban de mis sueños
mi alimento eran los suspiros
las estrellas eran sus ojos
el canto del gorrión era su voz.
Pero un día que no quiero acordarme
la vi colgada de los brazos de un hombre
con dos hermosas niñas al lado
iba sonriendo y su risa era una burla.
Desde entonces he entendido
que debe ser cada quien por su camino
tengo el alma partida en pedazos
no quería, pero debe decirle ¡Adiós!
Lima, 24 de abril del 2023.
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