El calendario se tiño de grises,
sin que faltaran festivos.
Temor a tropezar en la misma piedra.
Escultura esculpida a golpes secos y fríos.
Avanzar entre tumbas y abrojos.
Llorar hasta que germine la alegría.
Adivinar el escondite del tesoro. en pleno destierro.
Salir indemnes del temporal de la desconfianza.
Colarse en desvelos ajenos.
Abandonar la carta
para comer con los dedos.
Entonar estrofas de amor sin rima.
Renacer cada día, en plena sequía.
Con los pies firmes en la tierra,
vivir a un palmo del cielo.