Subiendo colinas llegué al cielo,
y desde allí al vacío arrojarme
y que tan placentero el camino
que de arriba a abajo cae mi destino.
Paralizado se encuentra el tiempo,
en la vacía e inmensa caída,
y pasar de estar en la cima
a ver desde abajo la colina.
Y mientras asimilaba la caída;
mis objetivos se alejaban
y mientras miraba hacia arriba;
Mi final se acercaba.
Temblando me encontró,
una alma triste y apenada,
sin fuerza para volver a subir
a aquella colina tan elevada.