Se extinguieron todas las luces el día que partiste, y yo esperé durante años en la oscuridad a que volvieras.
Se tiñeron los días de tristeza, mientras se me ahoga la esperanza con el afán de la pena.
Quisiera borrar dicha pena con la rapidez y valentía con la que se arranca el leuco que cubre la venda.
Te ame con el alma, aunque estemos destinados a no ser, y a pesar de los años nada puede extinguir las llamas de este querer.
La distancia te enseña el valor de una persona, y tu fuiste a cientos de kilómetros mi tempestad en calma,
Tenías el don de calmar mi corazón, incluso a kilómetros de distancia.