Cuando está en la primavera
la vida se congratula
deleitándose en dulzuras
pero es ave pasajera.
¡Quién quedarse no quisiera
en la etapa floreciente
fresca, alegre y reluciente
con potencia y energía
con lo bello que es la vida
en la etapa adolescente!
Pero el paso de los años
va causando muchas grietas
en la piel que fue tan tersa
y hoy se agrieta con sus daños.
Y no son versos extraños
los que escribo, si le abruma;
si experiencia es la que suma
con las huellas de los pasos
que sin ser un escribano
tengo a bien usar mi pluma.
Y por bien os aconsejo
no se ría, no se mofe,
del anciano y sus dolores
si también va para viejo.
Siempre véase al espejo,
lo que al ego retribuye
y que el tiempo sustituye
con los años de experiencia
que le sirven como prueba
de lo que mi verso instruye.
Para muchos el mal viejo
es quizá nuevo para otros
cuando siente y toca fondo
ve que el tiempo va parejo.
Estas décimas os dejo
y cada quien, reflexione.
Quiero mal no reaccione,
si mis versos hoy le inquietan.
Y si mis versos molestan,
yo le pido, que perdone.