Poesía y pensamiento

¡Al fin te encontré!

¡Oh!, que Dios te diera por mujer mía,
Y fueras mi compañera el resto de mis días.

Mira en mi corazón y en lo profundo de mi alma,
Sabrás lo que por ti siento, el anhelo porque seas mi amada.

Desbordaría de gran felicidad y abundante alegría,
Si te viera entrar para formar juntos una vida.

Como blanca paloma, ¡cuan hermosa eres!
Y en tu persona, semejante a torre fuerte.


Mis ojos te han visto, 
Y aún mi corazón te ha examinado
¡al fin te encontré!,
En tus muchas virtudes, he sido enamorado.

¡Oh!, que Dios te diera por herencia mía
¿Porqué tendría que buscar aquí o allá?
Si solo en ti como mi mujer estaría mi delicia.