Presa de su cuerpo, con grilletes en celda oscura, sus gritos suplicando piedad cayeron en la negrura, forzada a perder su orgullo, arrastrándose en el fango, como un ave presa, su libertad fue arrebatada con un estrago, obligada a postrarse ante el corrupto rey del lugar, a pesar de que nadie conocía su verdadero pesar, sus latidos apresurados revelaban su ansiedad, deseando encontrar el fin al sufrimiento con celeridad, la vida se convirtió en una carga opresora, su miseria le acompañaba, una sombra traicionera, la luna fue su confidente en llantos desolados, Implorando respuestas a preguntas esparcidas por los aires anhelados, rogó no caminar más en solitario y en desdicha, un individuo afligido que decidió poner fin a la lucha, se convirtió en una estrella que se unió a la luna, elevándose por las nubes, en un viaje sin retorno, sin fortuna.