¿Acaso señor
es usted el enviado
del dios de la risa?
Porque usted
me despierta alegría
armándose en mi alma un jolgorio
con la posibilidad
que en algún momento lo amaría.
¿Acaso señor
es usted a quien yo esperaba?
Porque usted tiene una mirada gacha
una mirada entristecida
que me hace imaginar
que su alma fue herida.
Pero me doy cuenta
que también ama la vida
una vida llena de soles y lunas
de arcoíris y brisa colorida
donde juntas nuestras almas
son risas oportunas.
¿Usted señor
me sacará siempre una sonrisa?
Porque si así lo hiciera
me rescataría de mi condena
una condena que llevo en el alma
y que arrastro hace mucho rato
como grandes y pesadas cadenas.
¿Usted señor
tomaría siempre mi mano?
Porque usted señor
es mi destino anhelado
siento que es el calor y el verdor
de mi campo desolado
de ese campo jamás arado.
Espero que me diga que sí
y que en una noche tranquila me cuente
porqué perdió el camino
porqué ha tardado
mientras a nuestras bocas
con una sonrisa
llevamos una copa de vino.
Usted señor
si así lo quiere
habite en mi corazón
como un amor fino.