Las estrellas
se toman de la mano,
tierra y luna,
juegan con la luz prestada,
que se extingue y calla
detrás de tu ventana,
detrás de la bohemia desatada.
La libertad suelta pasiones,
se esparce sobre la marea
al compás del canto
de las aves.
El viento norte recoge
y regresa la vida del pescador.
En la inmensidad del océano
mientras, algún pájaro
agite sus alas,
la libertad
como redes de pesca artesanal,
tendrá su espacio
en la mente de un soñador.
Gaviota,
alejada de las orillas del mar,
quizás, desde el ultimo remo,
la última embarcación que se hunde,
la última alga que flota,
la última ventana
de los cerros del puerto,
ven tu último vuelo.
La inmensidad del mar
parece tener un fin.
Un pequeño
pez gira sobre las olas.
Cada uno llega al último día,
detrás de la única puerta abierta,
como un pez,
agita las olas de su vida.