Joaquín Garcés

Crematorio

 

Te escribo a ti,
con mi último suspiro
que viaja a lo largo,
a lo ancho,
a lo lejos.
Separado del cuerpo,
del cilicio.
Tus cenizas mancharán
eternamente
el intervalo que dejaste
tras tu partida.
Me escribo a mí,
es mi último suspiro,
viajará y se desplazará
por un tiempo indeterminado,
mas no infinito.
Puede llegar lejos,
o quizás no llegue a ningún sitio;
quizás nunca abandone mi cuerpo,
mi cilicio.
Mis cenizas mancharán
los muros del crematorio,
y nada más.
El intervalo entre mi tiempo
con vida y sin ella
prevalecerá inmutable.