I.
Con una lluvia suave,
las rosas brotan en tu piel.
Pétalos tersos, rojos y amarillos.
Primavera instantánea de mis manos,
deja que las toque todas
y las coleccione mi corazón
en cada noche.
Y al final del camino, amada
no me importará
flotar en la noche
y tener el corazón lleno
de flores.
II.
Nacer de tus besos
como un barco que aparece
en el horizonte,
el horizonte que vuelve a mis ojos
y guardo en secreto
en la memoria de la orilla,
el balcón de la playa
donde nuestros pies de arena,
desnudos en la noche,
aun caminan
aun sueñan.
III.
Bellas son las nubes que pasan
por tu piel.
Yo las admiro como un oteador
de barcos. Mi memoria colecciona
las nubes e intenta comprender
de dónde vienen, a dónde van.
¿Por qué pasan por tu piel
si las nubes adoran el vasto
y celeste cielo?
Entonces me pregunto de dónde
viene tu piel y a dónde va.