Gozamos cuando tenemos,
lloramos, si no tuvimos;
reímos, cuando vivimos,
aquello que merecemos.
Queremos cuando crecemos
aquello que más quisimos;
sembramos, mas no previmos,
dolores que hoy no queremos.
¡Qué enredos tiene la vida,
tejida con las madejas
que grises, y entristecida,
te deja sus moralejas!
Si vives arrepentida:
¿De qué te sirven las quejas?
Los años son muy fugaces
se van y ya nunca vuelven;
si poco a poco disuelven,
lo terso de nuestras faces.
Los años, aves rapaces,
sus alas siempre revuelven
recuerdos que te devuelven
suspiros… ¡y hasta renaces!
Con el tiempo, no se juega,
aunque digan que no existe.
Nadie quiere verte triste
cuando la vejez te llega.
Si en la juventud previste…
¡Tendrás siempre buena siega!