En el bosque donde brotan flores de jazmín, habita el último suspiro de un alma antigua.
Yace dormida entre la maleza en un reino en ruinas.
Cada año despierta solo cuando la luna se torna rosa,
Entre lagrimas de estrellas, con mirada armoniosa,
Escribe en hojas de sauce y ofrece incienso de copal a los 4 vientos
Baila con dragones y serafines, Juega con los arboles y conversa con el mar en movimiento.
Anochece y fija la mirada en aquella que fue su amada.
Regenera su cuerpo por esa unica ocasión, porque sabe que ella aún espera su llegada.
Teniendo la eternidad, cambia todo por una noche encarnada.
Energía dorada que emana de la brisa al rozar con el.
Más el cuerpo de su amada, se marchito entre futuros y pasados atemporales, mientras ella, le componía melodías a su último recuerdo cuando el aún vivía
Antiguo príncipe celta con corona de obsidiana tornasol, capaz de volver a la vida, la escencia marchita y podrida de cualquier alma perdida.
Anochece y se convierte en guardián de aquel reino de antaño.
Anochece y vuelve a dormir para que jamás le hagan daño
Anochece y con su luz, ilumina la tierra para que germine la esperanza y la fe.
Amanece y todo vuelve a ser como es. Más si prestas atención, se podrá apreciar lo que nadie ve
Mágico bosque que guarda todos los secretos a la vez.