Te amé en silencio
mientras tu nombre
el viento pedía, pero
mira que irónica es la vida
cuando el fuego sus lágrimas caía.
Te amé en silencio
hasta el fin de mis días;
y mira que la luna aún recordaría
aquellas letras que el mar escribía.
Te amé en silencio
cuando aún mis alas estaban rotas...