Te vas,
sé ahora que te vas…
y que nunca volverás.
Y lo sabe también la noche…
desbordada de tempestad.
Se siente en el pecho una incertidumbre incontenible,
un arrebato irresistible,
un nerviosismo atroz,
un presentimiento fatal.
Se inunda el ambiente de una angustia tenaz…
que me quita el aliento,
y entonces me invade un confuso sentimiento.
Te vas,
y no hace falta decirlo,
para que expresarlo ni divulgarlo,
solo sé percibe una nostalgia feroz…
tan parecida a tu ausencia…
que me hace pensar …que no regresarás jamás.
Te vas sin un adiós,
sin despedirte te marchas… por la puerta de atrás,
por donde huyen los pávidos…
los que intentan esquivar los latidos del corazón,
por donde desaparecen los inventores de espejismos…
que despedazan la pasión.
Te vas… y no hay vuelta atrás,
no hay nada más que decir…
nada que hacer,
solo contemplar tu alejamiento…observar tu decidido abandono…
desvaneciéndose en la distancia que estas dispuesta a emprender.
No queda más que conformarse y resignarse…
a la cruel soledad que vendrá.
Hay que continuar…como si no doliera,
como si al amanecer… todo se aclarara …
y otra ilusión brillara.
Te vas, como esta lluvia pertinaz…
que insiste obstina en hacerse odiar,
que anega todo y hace perder la calma…
y que moja hasta el alma.
Hay que renovar los sueños…antes de que se rompen en mil,
antes de que los ojos se encharquen…y se pongan como el cielo a llorar.
Te vas,
definitivamente te irás.