Su rostro parecía muerto. La palidez en su semblante era casi mortuoria. Su mirada se veía tan oscura como la noche más negra jamás soñada. Giró su cabeza a la velocidad de un rayo, y sus ojos recorrieron aquel tétrico lugar de una tierra arrasada. Un lamento que parecía agonizar podía escucharse bajo un manto de niebla rasante con olor a pólvora y cenizas; era aquel maldito monstruo, todavía podía arrastrarse a pesar de que nada quedaba sobre esas tierras; un humano llamado guerra... estaba llenando el cielo de tumbas.
La humanidad que continua inmutable, porque las guerras suceden en otras tierras. Mientras las fiestas y los eventos de disfrute mundial no se suspenden ninguno. Dicen que la \"vida\" debe continuar. Tampoco hay luto mundial.
Pero algún día desaparecerán todas las nubes del cielo, y en su lugar se llenaran de cruces, y en vez de caer agua, veremos caer las lágrimas de todos los niños, los ancianos, y de las mujeres asesinadas en las guerras...luego, el cielo seguirá llenandose de tumbas, y en una oscuridad sepulcral, todo será engullido; el silencio será absoluto, poblandose solo de rezos.
Un frio aliento caera desde los cielos, para sacudir la pobre conciencia de los humanos.