Iván González Martínez

En el tren

Fue la última en entrar.
Sucio, el graffiti del vagón,
De un golpe, su polvo al quitar,
Con pena ofrecía un triste marrón.

 

Inadvertida,
Tal vez como el triste marrón,
A su asiento llegó deprimida,
Como si fuese un turbio rincón.

 

Inadvertida y anacrónica
Ante los ojos de aquel tren,
Sollozar fue siempre la tónica
Y no mirarme a mí, también.

 

Perdida en su propio pelo
Por el viento del trayecto,
Para ofrecerle el pronto consuelo
Jamás veía el momento perfecto.

 

¿Qué pudo haber sido? 
¿Y qué, si lo hubiese intentado? 
Mas nunca llegaron cumplidos
De ese extraño ahí sentado. 

 

La quinta estación, su destino. 
La quinta estación, mi desgracia. 
La quinta estación, que devino, 
La cruda burla a mi falta de gracia. 

 

Solo sé que ella bajaba, 
Solo sé que yo allá arriba, 
Solo sé que la miraba
Como despacio ella se iba.