Haz Ámbar

Ángel dormido

Plena la onda se extasía

frente al limbo de mi artesanía

y todo es así tan limpio

de lo que yo no participo

que me alivia profundo en el sentir

de estar vivo

como arrítmico en mi idilio

aún sin ti 

mirando al linde 

que separa lo que es mi alma

de todo lo que existe

inmensamente inmerso en sí.

 

Un cuerpo se ha dejado

reposando en el jardín; 

su pelo está enredado

en las hierbas que se ríen.

En su cerebro el serrín 

porque más no lo atosiguen

y una duda: a lo imposible

ya volcado se decide...

De la gris corteza finge

conocer la textura y sueña

como el reflejo de la esfinje

en un charco en la memoria. 

Suda mucho por las noches 

desde entonces. 

Qué le oigan 

cómo llora ahora sin personas

catastrófico, 

sin demora advertido 

por los muros de la insomne prisión. 

La derrota de un corazón 

flotando por el blanco de tus ojos 

con la llovizna tan solo en torno

y unas palabras de redención

pugnando en boca

por darse al sol

sin más reproches... 

 

Hay un ángel dormido 

en lo alto de una rama, 

sus ideas dando al olvido

imprecisas se derraman. 

 

Es la vuelta al laberinto, 

más ninguna circunstancia...