Pedro en su afán en volver a ver a Violeta, Pedro persigue a Violeta en el zaguán por correr bicicleta hasta poder lograr hablar con Violeta. Pedro insiste en su corazón y en su forma de amar, cuando realmente, quiere amar a la jovencita. Y Violeta sin saber ni sospechar de nada que ése hombre la desea cortejar como dama. Y es Pedro el hombre ingenuo, indefenso e inocente, y que ama a Violeta. Y es Pedro el que desea envenenar la osadía de creer en el trance del amor a su propio coraje de amar a Violeta sin saber ni siquiera su nombre. Y es Pedro el que desea indagar más acerca de la mujer de los vestidos de colores en estampados, cuando recorre el zaguán casi por última vez siendo la mujer soltera de la vida cuando a penas conoce a Pedro, el hombre ideal de su vida, de su amor y más de su insistente corazón en poder hallar el amor, el hombre de su vida y más que eso el hombre con quién desea compartir el resto de su vida. Violeta, una joven muda, desea convertir a su corazón en amor, y desde que vio a ése hombre detenido detrás de ella sonriendo en el reflejo del lago, sólo pensó e imaginó en que ése hombre será el amor de su vida. Cuando a la verdad creó un poder del amor en el mismo corazón amando desde el cielo, y siendo Violeta, inalcanzable para Pedro, como las nubes de algodón o como la misma luna o el sol. Sólo se electrizó la forma o manera de creer en el embate de dar una conmísera y fría atracción de creer en el único amor en el corazón, pero, sólo se llena de un calor, condescendiente de dar una verdad en el corazón. Y, Pedro pasea, sí, por el zaguán todas las mañanas y tardes, y buscando el desenlace frío de entrever el corazón en el alma y destrozando la forma y la manera de dar con una sola insistencia de creer en el amor a toda costa. Y, Violeta, creó la forma más atrayente en dar una vida insolvente a su impedimento, pero, de nada le valió la pena. Cuando, Violeta, se dijo una vez más, -̈soy bella y quiero ser feliz¨-, cuando en el alma de Violeta, creó una frontera o una muralla, en la que el trance de la vida fue perfecto, pero, con un sólo impedimento real, de que la joven era muda, y no podía hablar. La vida de Violeta siempre fue llena de salud, felicidad y alegría a pesar de su impedimento o condición, pues, tenía todo, si era muy rica. Y Pedro fue y será el gran amor de Violeta, su primer amor, y su primera pasión, y con total vehemencia, se electrizó la forma de creer en el amor en el perdido corazón que la dejó fuera de lo común. Y, Violeta con sus vestidos estampados, en silencio y muy callada, va y viene sólo pensando e imaginando y sin poder ver al hombre del lago que le sonrío con amor y pasión. Y se electrizó la forma de ver al cielo real, y creyendo en el alma con el infortunio, Violeta, sólo sonrío a la vida, a la forma de atraer el silencio y muy callada amó a Pedro, sin a penas conocer. Si Violeta a la verdad se electrizó en la forma de creer en el embate soltando el amor a toda costa, y se vio intransigente, y muy mal inconsecuente distrayendo la forma, en vez de ver al cielo de gris tormenta. Cuando en el alma bravía de creer en el destierro de su vida y de su inexistencia, Violeta, creyó en el alma templada y con una sola paz en el corazón. Si en el embate en dar una sola salvación, Violeta, quedó como una flor marchita sin amor ni pasión de la buena, porque desnudando el alma es que se convierte en una inadecuada mala atracción de creer en el mal combate de una mala señal en el mismo mal amor. Cuando ocurre la vil atracción en una sola señal en dar una misma solución si en el altercado frío se vio Violeta amando indebidamente a Pedro. Y, Pedro, con calor como si hubiera sido como todo un sol, desnudado la alborada de tiempo y de insistente calor cuando en la mañana vio, otra vez, a Violeta con su vestido de color y estampado. Y el tiempo, ¡ay, del tiempo!, cuando corrió de prisa y Pedro se acerca a la aya y le pregunta que cómo podía conocer a la joven y la aya le responde que es una joven muda y que estudia letras en la institución para poder leer y comunicarse mejor. Pedro, la amó más, y se dijo ésta vez, le escribiré una carta. Y Pedro, sintiendo el amor en el corazón, se vio intransigente, pero, inocuo, ingenuo, indefenso e inocente atrayendo siempre el amor con el coraje de su propio corazón. Cuando en el imperfecto momento se debió a que el desafío se siente y se percibe como el mismo imperio sosegado en obtener un amor en el corazón. Si en el instante de creer en el alma a ciegas, Violeta, se fundió en su sólo calor, cuando en el corazón se entregó en cuerpo y alma cuando en el trance de lo imperfecto se debió en dar una vida y una existencia mejor. Si Violeta fue una sola mujer amando lo que jamás se amó a un hombre tan solitario, ingenuo, indefenso, e inocente como Pedro. Cuando a la verdad se tornó desesperadamente, Violeta, queriendo hallar a ése hombre que le sonrío detrás de ella en reflejo del lago.
Continuará……………………………………………………………………………………………
Toda novela corta escrita por Srta. Zoraya M. Rodríguez
Seudónimo: EMYZAG