Quiero aprender tu cuerpo,
que aquel sea mi destino,
aprenderlo como aprenden
el abecedario los niños.
Escribir sílabas tiernas
en el lienzo de tu piel morena
hasta que broten versos
cual flores en tierra buena.
Quiero seguir de memoria,
cual tarea sempiterna,
deletreando los renglones
en la paz de tus caderas.
Deslizarme como un duende
ser jinete de tus senos
cabalgando en los extremos
del amor y los deseos.
Autor: Gustavo Echegaray A.
01.05.2023