Ayer mientras paseaba, por el jardin de mi casa
vi un insecto moribundo, en agonía se quejaba,
había sufrido tal golpe, que parecía una aljaba...
Tenía una pata rota, el ala izquierda hecha masa.
Mientras miraba la rama, del arbol donde colgaba
Me pregunté un instante... ¿Quién fue el perverso cobarde?
Pensé... Tal vez otra abeja, más fuerte, y mucho más grande;
O, molestó a una araña, mientras sus redes hilaba.
Así transcurrió mi tarde, hipótesis sin razón...
Zumbaba el pobre insecto, consumido en su dolor
¡Ah!, me dije enseguida, ¡Yo arrastro igual situación!
\'Una pierna mal herida, y bien roto el corazón\'.
Luego de observar tal hecho, como quien lo disimula,
pude en mi pobre ignorancia, resolver alguna duda...
No era zángano, ni reina; \'una obrera triste, ruda\',
es quien herida se encuentra, por su tamaño y bravura.
Más tarde llegó su fin, pues, su cadáver cargaba...
Una hormiga muy robusta; la mosca la circundaba;
Y, pude mirar los restos, cuando el camino cruzaba.
Sin ataud, y sin tumba, el mísero insecto acababa.
Me dije para mí mismo, y sin pensarlo dos veces
el que es pobre, en su miseria, la tragedia lo hace trizas
y, hasta de sus propios restos se alimenta otra familia;
Mientras zánganos y reinas ni se enteran que feneces.
¿Quién fecundará la flores, ahora que ya está muerta?
O, ¿Quién ha de llevar a casa la miel para la colmena?
preguntas sin respuestas, que me ha dejado la guerra;
respuestas y preguntas, que no hallo tras de la puerta.
Si comparamos al hombre, con la abeja y su tragedia,
Puede que ud no me crea, o, que ignore mis letras;
Pero, \'un infierno le espera\'... Cual, la divina comedia.
A quien la campiña trabaja, frío, o calor lo penetra
Igual, el que lucha en batalla, poseído por la guerra;
\'Oración, dolor y muerte, siempre en el frente lo asedia\'.
—✍️ Luis E. 🇨🇴