Debo llamarte mamacita
o de alguna otra manera que sepas
que en tu regazo soy un niño
-aquel que halla en tus senos torrentes
de líquidos que sacian mi sed de amor-
cuando sonríes el sol se asoma en tu boca
y es un zumbido de hadas sobre el hielo tu acento
-debe de existir un orígen de todo-
en mis venas fluyen tus derrames líricos
tal como fluyen los cantos celestiales en los riachuelos
todo mi cuerpo está marcado por la muerte
-un día ella y yo nos abrazaremos en paz-
sólo busco tus lágrimas si estás junto a mí
para limpiar las máculas de tu piel
jamás fui instruido en el arte amatorio
para poder subir contigo al cielo entrelazados
-acaso alguien más puede amarte mejor-
me dejaré abrazar por la muerte
tan sólo para descubrir
que te seguiré amando más allá
y más allá.