Deja que los ríos arrastren su basura,
el lodo que consigo llevan.
Mantente en la orilla con cordura,
y no envidies que los otros beban.
No trates de limpiarlo ¡es imposible!
A su debido tiempo Dios lo hará.
Para el rio solo eres combustible,
y si caes en él te quemará,
Si caes en sus aguas turbulentas
tu paz estás comprometiendo.
Si la ves cristalina, te estás mintiendo,
y no es de sabio que te mientas.
Autor: Bernardo Arzate Benítez.