Allá florecen las rosas, las lilas, las margaritas...
Aquí en cambio están muriendo las dalias y buganvilias.
\'Que se ha marchado me han dicho los que recuerdan su risa\';
seguro, precisamente, su mirada fidedigna,
se está posando en jardines, o, en otras floristerías,
y han olvidado los ojos, que a diario aquí la veían.
Ayer, caída la tarde, sentí la brisa vacía...
Ya no traía su aroma, ni los acordes de risa,
y lo peor, esta noche amenaza lluvia fría.
¿Te adornan los tulipanes?, ¿honores te hace la orquídea?
Aquí claveles y hortensias, la extrañan como a familia.
Los girasoles se miran, reclaman sus manos tibias...
pero un silencio los cubre, \'escarcha en vez de su risa\'.
Un ramito de lavanda sobresale en armonía,
dos pensamientos y un lirio, extrañan su voz de niña,
como ud puede ver, ¡Las flores están marchitas...!
Desde que ud se ha marchado, el sol también poco brilla,
y, lo peor es que un hombre, él pobre, ¡muy miserable...!
¡De ud no halla ni una pista!. ¡Ay! Los geranios se abrazan,
igual las enredaderas, parecen que ya supieran,
que su ambición es gigante, inmensa,
cual pozo sin fondo, que aunque busquen en lo hondo;
¡Ya nadie puede encontrarte.!
Jacintos, petunias, y la más pulcra entre todas;
una gardenia que adorna, la entrada de mi jardín,
ya ni al pobre colibrí, le brinda su dulce amor,
pues, como sucede con vos; prefiere sin tí, morir.
¡Que te has marchado me han dicho!, por ilusión o capricho...
Busque gloria o peculio, para mí es un infortunio;
pues sus ojos necesito, ¡Su mirada me hace falta!,
y las flores de mi tierra, no sólo les basta el agua;
sino una voz que les diga, les apapache y bendiga
tan solo con la mirada.
—✍️ Luis E. 🇨🇴